Los dibujos de Maria Medem rebosan de una serenidad poco común. Mujer de pocas líneas, con sentido del recorte y admiración por el choque de colores, hace suyo el admirable lema "menos es más". Con esta economía de medios, la española inventa una y otra vez mundos imposibles en los que sitúa personajes en busca de un pasado obsoleto y un futuro intangible. Es el caso en sus cómics Échos y Cedars (Studio Fidèle), Cenit y Por culpa de una flor (Apa Apa Comics). Lo mismo ocurre con sus colaboraciones en las revistas internacionales más prestigiosas, como Cold cube press y Now (Fantagraphics). Perderse nunca ha sido tan bueno.

Simon Bailly es hijo de décadas de cómics y libros infantiles franco-belgas. Sin duda, también es primo de cómics underground como Daniel Clowes. Por eso no sorprende que sobresalga en el arte de la línea clara y la ironía ilustrada, que domine la descripción de la vida cotidiana y la creación de estados de ánimo dolorosos, y que brille por el equilibrio de sus composiciones y su capacidad para manipular nuestra mirada. Se podría pensar que es mucho para un solo hombre, pero al autor de Utopia (L'Agrume) y Scienceflix con Hamza Garrush y Kévin Razy (La Martinière Jeunesse) no parece importarle tener tantas cualidades.

Virginie Morgand agradece loscolores brillantes. Cada una de las imágenes del ilustrador afincado en Lyon es un vibrante e hipnotizante espectáculo de fuegos artificiales de múltiples zonas luminosas que luchan entre sí. Jugando con estas formas radiantes, representa las escenas que quiere retratar con la menor cantidad de pistas posible. Emana el dulce aroma de los carteles antiguos, la melancolía de un pasado fantaseado. Los dibujos de Virginie Morgand inventan una época imprecisa, pero estamos seguros de que fue dulce y cómoda. Es un momento fuera del tiempo que disfrutamos explorando mientras abrimos sus libros para niños (Les JO des animaux, Tchoum) o examinamos los diversos proyectos encargados enlos que está trabajando. Y podemos decirles que vale la pena el desvío.

Hay algo atemporal en el trabajode Lou Benesch. Aparecen allí, en nuestro mundo actual, pero también podrían haber venido de tiempos pasados ​​o de una utopía futura. Animales, plantas, seres humanos y criaturas fantásticas se muestran aquí en su máxima expresión. Bajo el pincel del artista parisino, están dotados de una vida fantástica entorno a la cual la magia y la poesía se envuelven para un encanto total. Sus pinceladas son todas curvas y volutas, combinadas con colores de marcada sustancia y sutil franqueza. El antiguo alumno de La Cambre parece poseer esedon que es prerrogativa de sólo unos pocos elegidos: el poder de plasmar en unlienzo nuestros sueños más extraordinarios.

Sus coloridas creaciones retoman el espíritu de los dibujos animados yofrecen un soplo de aire fresco a cada mirada. Con sus composiciones perfectamente ejecutadas, Yeye Weller, que ya han ganado varios premios por sutrabajo, tienen un gran sentido del equilibrio y aportan todo lo que atrae a lavida. Para la ocasión, Yeye Weller revisaron varios éxitos musicales paraconvertirlos en creaciones visuales icónicas. Más bien equipo Kendrick Lamar, Florence + the machine o ¿Oasis? No te preocupes, si tus gustos musicales son tan eclécticos como los nuestros, siempre podrás coleccionarlos…